Próximo destino…


¿Dónde estamos?: Preparando el próximo destino… CUBA

Ya tenemos los billetes para… ¡CUBA! Si todo va bien a principios de mayo volveremos a cruzar el charco al continente americano para visitar este caribeño país. ¡Que ganas!

Argentina

Alberto ya había visitado el país 10 años atrás, pero es uno de esos países en los que nunca te importa volver. Está vez juntos realizamos un viaje de mes y medio recorriendo además Chile y Uruguay.

Lo peor: Es una pena todas las aerolíneas paren por Buenos aires. Es decir, si quieres ir de el Calafate a Ushuaia has de subir 5000km hacer transbordo y volver a bajar 5000km. Lo mismo que un viaje transoceánico pero sin moverte del país.

Ushuaia

Llegamos tras un bus (Bus sur) desde Puerto Natales con escala en Punta Arenas y Río grande. (30000 pesos – 30€ cada uno y 12 horas en total) en el precio ya estaba también el precio del ferry que cruza el canal de Magallanes. Por el camino, un incendio forestal de dimensiones bíblicas teñía de naranja el cielo a escasos kilómetros de la carretera.

Llegamos bien entrada la tarde y nos alojamos en Apartahotel Cabo San Diego. Es esta página no somos mucho de promocionar alojamientos ya que hay gran variedad. Pero este es un caso excepcional. El apartamento está genial con suelo radiante y cocina. Y lo mejor de todo es si dueño. Llegamos desde Chile por lo que veníamos con pesos chilenos y muy pocos pesos argentinos. Cómo era tarde las casas de cambio o western union estaban ya cerradas. Pues bien, el señor nos dio sin pedirlo 7000 pesos para que pudiéramos cenar tranquilos.

A la mañana siguiente y tras dos horas en el Western Union para sacar dinero. (Esto del Euroblue es un desastre) y comprar para desayunar y comer los días siguientes en el Parque Nacional Tierra del Fuego, decidimos ir a visitar y ascender el Cerro Martial.

Al cerro Martial van unas camionetas desde la estación de autobuses (1000ARS ida o 1800ARS ida y vuelta (3/4’5€)). Una ve allí una pista ancha y constante en subida te lleva a visitar el Glaciar. Para la ascensión ya es necesario crampones y piolet. El descenso decidimos hacerlo caminando ya que hay un sendero que te lleva de vuelta a la ciudad.

Al día siguiente a las 9 volvimos a la misma parada de buses para ir al Parque Nacional Tierra del Fuego. El trayecto ida y vuelta son 4500ARS (13€) y la entrada al parque 2400ARS (7’5€).

El primer día realizamos los senderos Pampa Alta de unos 4km con carteles ilustrativos muy interesantes sobre el bosque fueguino y un mirador. Y el sendero costero de 8km que bordea el canal Beagle y sale desde la casa postal más austral del planeta. En el recorrido costero impresiona su costa con rocas azules.

Montamos nuestra tienda en el sector laguna verde. Idílico hasta que llegaron unos autóctonos a la noche y no pararon de hacer escándalo hasta la 1:30 de la mañana. Que pena que lugares así se rompan por gente sin educación.

Al día siguiente recorrimos los cortos caminos de la senda turbal, el sendero castor (donde obviamente hay una castorera), la senda de la baliza y vuelta por el mirador de Lapataia. Tras un café y una cerveza (La beagle roja está estupenda) en el centro de visitantes de Alakush, donde además hay un curioso centro interpretativo, regresamos a Ushuaia.

Otros senderos que se pueden hacer en el Parque Nacional es el del hito XXIV donde llegarás a la frontera con Chile (No esperes nada, solo hay una baliza de metal) o el sendero al cerro guanaco, donde previamente hay que registrarse en el centro de visitantes.

De vuelta en Ushuaia la calle se volvió una fiesta ya que Argentina se había clasificado para las semifinales. ¿Que harán si ganan la Copa del Mundo? Tras mirar un par de tiendas de Souvenirs y repetir en el Bodegón Fueguino el cordero patagónico nos fuimos a hacer las maletas yaa que al día siguiente volábamos de vuelta a Buenos Aires. ¡Nos despedimos del fin del mundo!

Cómo dato curioso decir que de aquí parten los cruceros a la Antártida y que contratar aquí uno de último minuto sale más económico que desde agencia desde tu país. Eso sí, hay que venir con un margen holgado de fechas.

Chile

Chile abarca una gran cantidad de ecosistemas que no te dejará indiferente. Un país poco conocido turísticamente exceptuando sus dos extremos: Torres del paine y Atacama.

Chile es un país, al igual que sus vecinos Argentina y Perú donde desplazarse entre ciudades es muy sencillo y hay gran oferta.  Pero no así de las ciudades a los puntos a visitar.

Con una gran cantidad de parques nacionales, Chile está más enfocada al turismo nacional que internacional. Por eso llegar al inicio de un sendero, una cascada o algún rincón de un parque nacional será imposible o sumamente complicado si no se tiene vehículo propio.

El otro gran punto negativo que tiene el país es su pago por visitar cualquier sendero, cascada o parque nacional. Caminar por la naturaleza, algo tan ancestral como el ser humano, aquí siempre tiene un precio, y si eres turista será más elevado llegando a lo abusivo. Tanto que dos metros cuadrados de tierra para clavar tu tienda será más caro que un hostel con baño privado.

Si a eso le sumamos un país bastante caro en estilo de vida, en comparación con sus vecinos, encontramos la respuesta de porque Chile no es tan visitado como otros países de Sudamérica.

Aún así Chile guarda grades tesoros como termas, volcanes nevados, caminos increíbles y vistas que guardarás para toda la vida.

Entramos en Chile por la puerta grande, haciendo autoestop y a lomos de un camión por el paso de los libertadores, uno de los más increíbles del mundo, con sus 35 curvas de 180 grados, hasta su capital Santiago.

Visitamos Santiago, y el arte grafitero de Valparaíso en unos días. Ante de iniciar nuestro viaje al sur pasamos un día en Maipo de rafting.

Desde La Molina, Talca y los Ángeles visitamos los parques Altos del Lircay con el sendero el Enladrillado y su apoteósica visita panorámica final. El parque Nacional Laguna del Laja y el sendero Sierra Velluda que por un instante parecerá estás en Islandia caminando entre coladas de lava del volcán Antuco. Por desgracia, el Parque Nacional Siete Tazas no pudimos visitarlo por un incendio descontrolado.

Llegamos a Pucón y desearas quedarte más de lo que tenías esperado. Está idílica ciudad con una amplia variedad de oferta de actividades al aire libre. Desde rafting hasta senderismo a cimas volcánicas o barranquismo.

Por finalizar, su parque más famoso. Realizamos la famosa W en el parque Nacional Torres del Paine. Todo un punto rojo para senderistas de gran recorrido.

Lo mejor: Chile es uno de esos países donde la naturaleza rebosa por cualquier rincón. Todos los Parques Nacionales son fantásticos y con unas vistas increíbles como el Enladrillado, Sierra Velluda o el camino de la desolación. Volcanes, lagos y tupidos bosques te esperan con termas y miradores. Para los más urbanitas encontrarán en Santiago y sobre todo Valparaíso uno de los mejores lugares con un arte callejeros exquisito.

Lo peor:  Chile es un país caro hasta el punto que el precio medio del café es de 4€, pero eso no es lo peor. El transporte público para llegar a las áreas naturales es escaso. Primero de todo porque al no haber una terminal, si no que cada compañía tiene la suya propia hace muy complicado comparar precios o averiguar de donde sale el bus que buscas. A veces ni los propios conductores saben si hay otro bus a otra hora. Las líneas son escasas y para hacer el sendero que tenías planeado tendrás que correr o no llegarás al bus de vuelta, eso hace vayas mirando el reloj constantemente. Para colmo, nosotros nos encontramos con un paro nacional de guardaparques que nos obligó a enfrentarnos en cada sendero con ellos para poder pasar.

En Chile la naturaleza está bien capitalizada y para recorrer el más corto sendero o la más pequeña cascada tendrás que pagar una entrada y si eres extranjero aún más. Todos los parques Nacionales cobran entrada, tres veces más si eres turista. El colmo del precio por respirar aire puro se lo lleva las torres del paine, donde una parcela de dos metros cuadrados de tierra para clavar tu carpa te costará la friolera de 50€ por día. Algo abusivo cuando una habitación con cama y baño propio la tienes por 30€.

Cambio del peso chileno 1€ = 950 Pesos.

Puerto Natales – P.N. Torres del Paine

Llegamos tras 7 horas en bus desde el Calafate con la empresa Taqsa por 6500ARS (20€) cada uno.

Puerto Natales es un pequeño pueblo donde cientos de personas hacen escala para ir a visitar el Parque Nacional Torres del Paine. No tiene el glamour de el Calafate pero suficientes servicios como para pasar lo justo y aprovisionarse.

Ya era bien entrada la tarde, por lo que para que no nos pasase lo mismo que en Bariloche y nos quedasemos sin pasajes para Usuahia, decidimos comprarlo todo antes de ir al hostel.

Compramos los pasajes para Ushuaia y para el Parque Nacional Torres del Paine (7000 pesos – 7€). Para el parque hay varias compañías con el mismo precio todas. Salen y llegan todos a la misma hora. En la estación también hay una oficina de cambio con el mejor cambio del pueblo a excepción del Banco Estado (pero las colas son infernales por 10 pesos chilenos, 0’01€)

Día 1

El primer día en la zona lo dedicamos a pasear un poco por el pueblo y ver su rivera. Para quien quiera también está la visita a la cueva del milodon, donde se aprecia un esqueleto completo de este enorme herbívoro.

Aprovechamos el día para comprar las cosas necesarias para el trekking: alimentación y gas para el hornillo. También compramos una lona de plástico por si llovía mucho, pero nunca llegamos a utilizarla, subestimamos la gran impermeabilidad de la ferrino 4 estaciones que llevábamos.

Día 2

Nos levantamos a las 5:30 (parece pronto, pero a eta hora, en estas latitudes el sol ya hace un rato que ha salido a principios de diciembre) desayunamos en el hostel, que nos guardan parte de las maletas y nos ponemos en marcha hacia la terminal.

El trayecto hasta el Parque Nacional Torres de Paine dura dos horas. La entrada al parque son 35€ cada uno  (Torres del Paine es caro, caro de cojones). Las parcelas de la concesión las torres (Central, Cuernos, Francés y Serón) 50€cada una, si quieres carpa completa 128€, si quieres refugio mejor no saberlo… Las otra concesión, vértice vertical (que lleva los refugios Dikson, los perros, grey y Paine Grande) cobra 10€ por persona si llevas la tienda. (Poner precios). Hace 12 años, cuando Alberto vino, había campings gratuitos, hoy completamente desmantelados.

Para colmo el bus no llega al inicio de los senderos. Si no a la boletería de los guardaparques, laguna amarga. Para llegar al inicio del sendero (sector Central) tienes que agarrar un bus de la concesión las torres que te vale 3000 pesos cada uno (3€). No les han bastado los 228€ por tres noches en una tienda de campaña que nos han clavado…

Una vez en las torres nos ponemos en marcha al campamento Serón. Nuestra idea era hacer la O. Pero solo pudimos contratar la sección de Las torres ya que las de vértice no había manera con la pasarela de pago. Para colmo has de reservar con meses de antelación y nosotros, en un viaje tan largo como el de Chile y Argentina no sabíamos a ciencia cierta las fechas.

Para colmo ni las compañías se ponen de acuerdo. Así como los refugios de las torres , te deja hacerlo en ambas direcciones, las de Vértice no. La O solo puede hacerse al contrario de las agujas del reloj. Que es verdad que es más panorámico así. Pero imagínate que primero contratas los refugios de las torres sentido las agujas del reloj y luego, al contratar las de vértice y ves que no se puede en ese sentido. Triunfantes…

Al final el bus de Bariloche a el chalten nos retraso dos días y tuvimos que retrasar y acortar el trekkin. Realizaríamos la W pero sin visitar el Glaciar Grey y visitando el sector Serón que ya teníamos contratado.

El trekkin de Central a Serón son 14km (los carteles y mapas ponen menos, están mal, absolutamente todos los del parque, un crack el cartografo) y tras el inicio ascendiendo, luego va plano y desciende al final para hacer los últimos tres kilómetros planos otra vez. Cómo aliciente en este sector, el río Paine de un azul turquesa glaciar intenso muy bonito. Eso sí, nos llovió a gusto todo el camino, no intensamente pero si continúo. Tardamos unas 4 horas en recorrerlo.

Una vez en el refugio te registras y en un sector de pasto vallado puedes instalar tu carpa. Hay pocos árboles así que conviene llegar pronto para poder poner la tienda a resguardo.

El refugio cuenta con agua potable, baños decentes y duchas con agua caliente con jabón y una carpa grande para cocinar con bancos. Dicen que también tienen Wifi, pero nunca funcionó o es de pago. Eso sí, te dejan cargar los móviles o relojes inteligentes. Estábamos tan cansados del madrugón y la caminata que a las 8 ya estábamos durmiendo.

Día 3

A las 6 a.m. ya estábamos desayunando. Hoy teníamos que deshacer el camino y si hacia bueno subir al mirador de las torres.

El camino de vuelta fue más ameno que el de ayer de ida. Hacía calor y todo estaba despejado. Nada que ver con el día de ayer lloviendo sin cesar una fina llovizna hasta la tarde.

Llegando al refugio Central y observamos que las torres del paine eran visibles. ¡¡Que alegría!! Porque aunque mayormente despejado, se veía cubierto por esa zona.

Nos registramos en el refugio, instalamos la carpa rápidamente, pusimos dentro la mochila grande y los utensilios que no íbamos a necesitar y comenzamos el ascenso hacia el mirador de las torres. ¡Nos esperaban 10 kilómetros y 700 metros de desnivel! Y ya habíamos hecho 14km desde serón. Pero sabíamos que al día siguiente el día era malísimo, así que si queríamos verlas era hoy o nunca.

Y ahora empieza la locura de la ascensión. Que se resume en una subida potente hasta el paso del viento, un leve descenso hasta el refugio chileno y un continuo ascenso hasta los dos últimos kilómetros. Los dos últimos kilómetros son de una subida infernal. Pero eso no es todo, ahora viene lo mejor de esta zona del mundo. La climatología.

En la primera subida hacia un calor sofocante, empezamos a sudar como pollos y conforme vamos llegando al paso del viento este hizo honor a su nombre. Las rachas de viento eran tan fuertes que casi salíamos despedidos. La gente se tiraba a la ladera para protegerse literalmente.

Pasado el campamento chileno y conforme ascendemos, lo más increíble. El cielo se tapa y ¡se pone a nevar! Literalmente. ¿Pero que está pasando? Si hace media hora nos achicharrábamos de calor. Aquí los ánimos se van al suelo. Pensamos las torres se habrán tapado, que es imposible se vea algo con el viento y la nieve que está cayendo. Hace mucho mucho frío.

Nuestro estado de ánimo decae. Tanto esfuerzo para nada. Al final meditamos un poco y decidimos continuar para ver si al menos se podía ver algo. Conforme vamos ascendiendo por el bosque el sol vuelve a aparecer tímidamente. Llegamos a los dos últimos kilómetros del sendero. Un ascenso brutal por piedras y nada más salir del bosque el sol nos saluda con un calor de justicia. ¿Pero esto que es? ¿Que pasa en este rincón del planeta con el clima?

A los pocos cientos de metros las torres empiezan a vislumbrarse. ¡Se ven¡ ¡Las torres se ven! ¡Al final nos embriaga la felicidad! Tanto esfuerzo ha valido la pena. Nos hacemos mil fotos. Eso sí, el viento azota como nunca.

Tras tal álgido momento empezamos el descenso. Se hace largo y penoso hasta el campamento central. Al final 32 kilometros y casi 800 metros de desnivel. Cenamos y nos acostamos. Nos quedamos dormidos al instante.

Día 4

Durante la noche no ha parado de llover y soplar un viento incesante. Pero estábamos tan cansados que hemos dormido del tirón. Son las seis de la mañana y nos esperan 16 kilómetros hasta el Camping francés.

Este tramo de la W va bordeando el lago Nordenskjöld de un azul cielo intensísimo. El camino es un auténtico rompepiernas que sin grandes subidas, no para de subir y bajar constantemente mientras bordea el lago. Para colmo el viento no cesa. Es tan tan fuerte que no solo nos detiene y desequilibra constantemente, sino que las ráfagas hacen subir el agua del lago y la deja caer como si fuese lluvia sobre nosotros. Eso unido al cansancio de ayer, ha hecho sea un trayecto realmente épico.

Aunque el viento era incesante y la nubosidad abundante. Pudimos ver los cuernos, no así el Paine grande tapado por las nubes. Pero nosotros ya estábamos contentos, no esperábamos ver nada ese día excepto lluvia. Lo que más nos sorprende de este parque nacional aparte de las montañas es la intensidad de los colores de los lagos. 

El camping del francés está ubicado en una colina, algo complicado para instalar las tiendas de campaña. Nosotros al cambiar las fechas, tuvimos que arrendar una carpa completa ya que no había hueco para la nuestra (aunque luego visto lo visto había espacios más que de sobra).

Lo curioso de los campings de Torres del Paine, es que si no vas tú expresamente a registrarte, nadie se preocupa. Vamos que llegas allí, instalas tu tienda y nadie se da cuenta. No hay supervisión ninguna.

Día 5

Último día de trekkin y nos espera otro día de muchos kilómetros. 20 kilometros y 720 de desnivel positivo.

En esta etapa entre el Camping Francés y el Paine Grande hay que desviarse para ascender por el valle francés hasta el mirador británico.

El sendero recorre el primer kilómetro y medio plano hasta mirador. Ahí ha habilitado un lugar para dejar las maletas e iniciar el ascenso por el valle del francés más ligero.

Empieza el ascenso, primero suave hasta el desmantelado campamento italiano. Cuando Alberto vino hace 12 años era un campamento gratuito. Ahora está todo ruinoso, hasta el puente colgante que llevaba al Paine Grande está destrozado.

Tras el extinto campamento italiano el ascenso se intensifica y empieza a nevar. Hoy ya nos lo tomamos como algo normal en esta región. El Paine Grande está medio cubierto por las nubes, pero desde el mirador francés puede observarse sus glaciares colgantes y como retumban al caer los sercas al glacial inferior.

Llegando al mirador británico la cosa se pone picante. La inclinación aumenta y entre piedras y viento te vas abriendo paso. A la derecha los cuernos se ven perfectamente pero a la izquierda el Paine Grande sigue tapado. Poco a poco conforme llegamos al mirador empiezan a asomarse las grandes montañas, el cerro espada, la catedral, el cerro escudo, la aleta de tiburón. No es un día despejado pero puede verse todo. Al final, para los días tan malos que hemos tenido, hemos podido disfrutar de grandes vistas.

El descenso es rápido, nos hemos quedado demasiado tiempo haciendo fotos y a las 17:00 sale nuestro ferry en el campamento Paine Central. Mientras bajamos vamos guardando en nuestra retina las imágenes de las montañas y del río francés por el que vamos pasando. De un azul blanquecino producido por el deshielo hermoso. Llegamos al mirador, cargamos las maletas y nos ponemos rumbo al Campamento Paine grande.

Son los últimos 7’5kilometros bordeando el lago Peohe, muy bonito también, con ese azul intenso. Los cuernos detrás de nosotros se ven perfectamente pero el viento sigue soplando fuertemente arrojándonos el agua del lago Peohe. Al final el Paine grande se despeja lo suficiente como para poder obsérvalo en la penumbra de las últimas nubes que lo tapan. Llegamos al campamento Paine grande al fin. Cansados pero felices.

A las 17 salimos con el ferry (25000 pesos chilenos – 25€ por persona) hasta el Puerto. Llegamos a las 17:40 y vemos nuestro bus. ¡Que bien! Podremos salir antes. Pues no, a las 18:30 hay otro ferry que llega y el bus espera a que llegue. Si lo llegamos a saber pillamos el de las 18:30 y disfrutamos más de las vistas del mirador francés… La que si se alegra que hayamos llegado es la de la cafetería que hace su agosto con los turistas que quedan ahí varados.

Al final salimos a las 19:45 ya que el ferry se ha retrasado. Da igual en la terminal que bus cojas y a que hora te digan que sale. Todos saldrán después del último ferry que en diciembre es a las 18:30 y te harán esperar ahí como un pasmarote.

Con la tontería llegamos a puerto natales a las diez de la noche y empiezan los problemas. El primero que ya todos los supermercados están cerrados y no podemos acarrear provisiones para el largo bus a Ushuaia. El segundo que conforme entramos en el hostel la cara de entre sorpresa y pánico al vernos de la dueña ya denotaba no iba a ser nada bueno. Nos había apuntado la llegada al día siguiente y tenía lleno. Afortunadamente la chica es «harta espabilada» y nos ubica en una habitación que no tenía arrendada por cuestiones de comodidad pero que era perfecta, sobre todo por lo cansado que estábamos. Y tres, por la hora que era todos los restaurantes estaban empezando a cerrar por lo que famélicos recorrimos todas las calles hasta encontrar una pub hamburguesería, donde comimos la mejor hamburguesa de nuestra vida (Que estaba buena, pero sobre todo por el hambre que teníamos).

A la mañana siguiente nos levantamos temprano, más por la luz que salía por la ventana (5:30 a.m.) que por el despertador un cuarto de hora más tarde. Recogimos, desayunamos y pusimos rumbo a la terminal ya que nuestro bus a Ushuaia salía a las 7 de la mañana. Acababa así nuestra aventura por Chile a la cual esperamos volver para conocer el norte en un futuro viaje por Bolivia.

El Parque Nacional Torres del Paine no es solo los circuitos W u O. Hay tantas opciones de trekkin que puedes pasarte otra semana caminando (y los precios no son un abuso). Hazte con un mapa y recorre.

El Calafate

Llegamos en tres horas desde El chalten con la empresa Chalten Travel por 4000 ARS cada uno (12€)

Estábamos cansados del treekin de la mañana y tras dejar las maletas (la estacion de bus nueva está un poco alejado del centro) fuimos a cenar con Manel para cenar y despedirnos.

El hostel nos costó 28€ cada noche y la verdad que muy bien comparando con los precios. El calafate es uno de los lugares más caros de Argentina.

A la mañana siguiente a las 8 ya estamos en la terminal para ir a ver el perito moreno. Salen buses tanto a la mañana como a la tarde y el billete es de ida y vuelta (7000ARS-21€ cada uno). El Glaciar del Perito Moreno está a 2 horas en bus y dependiendo de la hora a la que salgas tienes una hora de regreso.

La entrada al parque son 4000ARS (13€) y nosotros además contratamos una excursión en barco por 5000ARS (16€) cada uno que se contrata en el propio parque.

En el Calafate hay otras opciones de tours pero la verdad que nos parecieron precios disparatados. 50000ARS (150€) el trekkin de una hora por el Glaciar (Que nadie espere una aventura bajo 0, está todo con barandillas y seguridad, perfecto para cualquier instagramer urbanita).

Otra excursión es ir en barco hasta el Glaciar Upsala (30000ARS 90€) el cual es el mayor glaciar del parque con paredes de 80 metros de altitud. El problema es que está sufriendo un gran retroceso por el calentamiento global y eso hace sea peligroso, por lo que el barco no se acercara a menos de 10km. Hace unos años cayó un bloque tan grande que desprendió parte de la ladera. Creo una ola de 8 metros que barrio un bar que estaba a 30km pero justo enfrente del Glaciar.

Si alguien quiere ir en kayak también tiene la oportunidad también por 30000ARS (90€) pero no creemos se acerquen mucho ya que el desprendimiento del Glaciar es constante.

En el parque tenemos unas tres horas y media de visita. El sector de las pasarelas a crecido bastante conforme a hace 12 años cuando Alberto lo visito por primera vez. Ahora hay más y tienes más perspectivas.

Podemos decir con certeza el Glaciar Perito Moreno es una de las maravillas naturales que hayamos visto. Esas maravillas que están por encima de las demás, por nosotros solo comparables por las Cataratas de Iguazú también en Argentina o Brasil, el volcán de Fuego en Guatemala o el desierto de Wadi run en Jordania.

Las paredes de 40 metros de un azul eléctrico intenso te dejarán enmudecido. Más aún cuando un cascote se desprenda y ruja el Glaciar. Al mirar al horizonte solo verás un mar de hielo infinito y sentirás estás en un enorme congelador si no llevas suficiente ropa de abrigo.

Tras visitar todas las pasarelas y hacernos mil fotos llegamos al embarcadero para hacer el tour en barco. Aquí uno tiene otra perspectiva y se da cuenta de lo minúsculo que es uno observandolo desde abajo. Vemos cómo uno de los muchos icebergs, uno de los más grandes que había, se parte y empieza a moverse en el agua hasta llegar otra vez a su equilibrio. Por un momento parece estás en la Antártida.

De regreso al Calafate paseamos por la calle principal que no es muy grande y está llena de tiendas de recuerdos. Cenamos y nos vamos al hotel ya que al día siguiente salía nuestro autobús rumbo a Puerto Natales. Las Torres del Paine nos esperaban en Chile.

Osorno

Llegamos a Osorno a eso de las 11 de la mañana desde Pucón con la empresa Jac por 13000 pesos cada uno (13€)

Tras dejar las maletas y buscar las paradas de bus que nos llevasen al Parque Nacional Vicente Rosales y al Parque Nacional Puyehue recorrimos un poco la ciudad. A las afueras del centro tiene tres parques por donde pasear: El parque Alberto Hoy con un puente colgante, el parque cuarto centenario y el Chuyaka con estatuas de animales prehistóricos. En la plaza de armas hay puestos de artesanías y una curiosa iglesia preparada para los terremotos.

Día 1

Al día siguiente nos levantamos bien temprano (6 a.m.) ya que debíamos pillar primero un bus a Puerto Varas y de ahí otro a Petrohue ya que desde Osorno no había directos. En Puerto Varas el bus nos deja en «la terminal» una calle del pueblo y caminando llegamos a la «otra terminal» otra calle (San Bernardo con Walker Martínez) donde si no es porque preguntamos y nos dijeron que ahí es, jamás sabríamos ahí hay una parada.

El billete cuesta 2300 pesos (2’5€) y tarda una hora y cuarenta menutod en llegar a Petrohue. Ahí realizamos primero un paseo en barco de 30 minutos por el lago Todos los Santos (llamado así porque se descubrió ese día) por 6000 pesos (6€).

Tras el paseo con vistas al volcán Osorno, puntiagudo y cerró la picada, buscamos el acceso al sendero desolación, que acaba en un mirador. En la entrada los guardas, como cada día que visitamos un parque nacional, nos dice esta cerrado. Hacemos oídos sordos y continuamos nuestro camino diciéndoles que llamen a la policía si quieren. Ya estábamos cansados de discutir cada día.

El recorrido hasta el mirador la picada es un bonito paseo de contrastes de colores. El azul del lago con el verde del bosque, el negro de la arena del sendero con el blanco de la nieve del volcán. Uno de las mejores caminatas que hemos realizado en Chile con unas vistas espléndidas. El sendero es cómodo y solo se pone un poco picante el último kilómetro.

De vuelta a Petrohue y como teníamos tiempo decidimos ir a visitar los saltos de Petrohue. Cada hora hay autobuses hasta las 18:00 así que pillamos el de las cinco para subir al lugar. Desgraciadamente este estaba cerrado con verjas por el paro y no pudimos verlo. Aún así 500 metros más abajo hay rincones donde ver el río de un azul intenso que vale mucho la pena.

De vuelta, otras tres horas hasta Osorno con dos buses en medio.

Día 2

Hoy el día era más tranquilo. Nuestra idea es ir a las termas de Aguas Calientes en el PN Puyehue. El bus sale de la estación comarcal y en dos horas te deja en el Parque. Cómo llegamos bastante tarde los guardas ya se habían ido. En el mismo lugar hay un sendero que sube al mirador el Pionero. En dos horas se ha subido y bajado.

Las termas estaban cerradas por el paro pero en el mismo río, cruzando, al lado de un merendero hay una pozas naturales excavadas con palas de donde sale una veta de agua caliente. Perfecto para pasar el día de relax.

Con este día dábamos por finalizada esta ruta por Chile desde Santiago. Mañana regresábamos a Argentina para seguir visitando el otro lado de los Andes.

Pucón

Llegamos desde Los Ángeles con la empresa Cóndor por 13000 pesos (13€ cada uno) y cuatro horas de viaje.

Nos esperaban unos cuantos días de mal tiempo así que tendríamos que improvisar sobre la marcha. Pucón es un lugar en donde la gama de actividades es altísima. Desde caminatas a rafting, barranquismo, alpinismo, termas, pesca incluso paracaidismo.

La tarde la utilizamos para averiguar dónde estaban todas las paradas y horarios de los autobuses. Una de las cosas malas que tiene Chile es que cada compañía tiene su propia terminal, por lo que es más complicado saber de dónde salen los buses a cualquier lugar y sus horarios. Nos han llegado a decir que los autobuses no van a cierto lugar ellos mismos por desconocimiento cuando no es así. Un verdadero lío.

Día 1

Nuestra idea es visitar el Santuario el Cañi. La empresa Caburga tiene dos horarios por la mañana. Es mejor coger el primer horario ya que con el segundo se irá muy justo. Los autobuses públicos de vuelta suelen salir muy pronto por lo que no te da mucho tiempo.

La entrada al santuario son 4000pesos cada uno y asciende hasta unos lagos. Al mirador no se podía acceder ya que aún había considerable nieve más arriba (Estamos a mediados de noviembre).

El inicio del sendero es agotador. Caminas por un cortafuego ancho y muy muy empinado. Nada agradable, incluso llegas a pensar no vale nada la pena. Además, en el día no dejaba de llover ligeramente y lo hacía muy pesado.

Una vez llegas a un campamento, el sendero se estrecha y se mete en el bosque haciéndolo más agradable. Al principio vas por un bosque de Coigües, muy altos hasta la laguna seca o de las totoras. A partir de ahí el bosque empieza a cambiar y aparecen las Araucarias, un árbol endémico entre árbol y cactus muy peculiar. El sendero pasa por las lagunas negra, bella, vaca hundida y risco para luego descender por el mismo lugar que se ha subido.

Día 2

El día estaba más feo aún. Así que lo dedicamos a visitar las termas de pozones. Así si nos mojabamos ya nos daba igual. Para llegar a las termas de pozones (10000 pesos – 10€) se coge el mismo bus que al Cañí. Su última parada son estar termas.

Consta de cinco termas a 44, 40, 38, 37 y 34 grados y si quieres agua fría tienes el río al lado. Después de semejante tute del de ayer se agradecen. Estás no son las únicas termas en Pucón. Hay posiblemente una veintena de ellas. En el mismo río de camino a estas pasamos por tres más y realizando las excursiones veías por el camino la señal de termas.

Al llegar al hostel y mientras nos duchavamos la casa empezó a temblar. Un terremoto de 6’5 grados sacudió la region con epicentro ha 200km. Aunque solo fueron unos segundo y nada fue más allá del movimiento de lámparas y una ligera vibración, los que no estamos acostumbrados a llo como nosotros nos llevamos un buen susto.

Día 3

Los días seguían malos, sobre todo por la mañana. Al mediodía decidimos salir a visitar las cascadas de Caburga. Para llegara. Ellas debe de cogerse el bus que va a playa blanca que sale cada hora. El autobus te deja justo en la entrada pero ese lado de la cascada no es el mejor. Lo suyo es pararse una parada después y caminando dar un rodeo y visitarlas por el otro lado.

La entrada son 2000 pesos (2€) por persona y las pasarelas están muy bien cuidadas. Después de estas queríamos ir a las de Carileifu pero nos dijeron solo se podían visitar si te alojabas en el hotel de allí. En Chile todo está privatizado, incluso los parque nacionales por lo que tendrás que pagar hasta por el recorrido más corto o la cascada más pequeña.

A no mucha distancia estan los saltos de Copihues y Bellavista donde ahí estarán las dueñas para cobrarte otros 2000 pesos por cada cascada. Y eso que las cascadas no son nada del otro mundo.

Cómo la excursión de las cascadas era corta y había buses cada hora, decidimos ir en autobús hasta playa blanca para ver el lago Caburga. Nos tomamos el mejor café de chile en primera línea de un lago que en verano debe ser muy agradable. Eso sí, de playa blanca poco, la arena volcánica es pura negrura. Aún así muy bonita.

Día 4

Aquí sí que el día se hizo imposible. Diluvio todo el día. Tenía que ser nuestro último día pero como vimos al día siguiente hacia bueno decidimos alargar un día más en Pucón con la esperanza de tener al menos un buen día.

Tan solo pudimos disfrutar de un restaurante donde hacen comida típica chilena y probar el pastel de choclo y el salmón en el restaurante CriOlla. Después de comer pare un poco de llover y fuimos a visitar el lago Villarrica.

Día 5

La noche fue movida ya que se incendió la panadería de enfrente del hostel. Aquí las casas son de madera por lo que puede intuirse el peligro que supone un incendio. Tras el susto llegó el día siguiente.

¡Al fin un día despejado! Salimos a las 8:30 horas al Parque Nacional Huerquehue. La chica del bus nos avisó por la huelga el parque estaba cerrado, pero unos cuantos decidimos aún así intentarlo.

Tal cual llegamos salió un guardaparques a decirnos que el parque estaba cerrado por la huelga de guarda parques. Pero tras discutir un poco hicimos caso omiso y entramos tampoco podía impedirnoslo ya que al estar en huelga, no podía ejercer de agente de la autoridad.

Entendemos perfectamente la posición de los guardaparques y su decisión de estar en huelga. Pero ellos también tienen que entender las postura de los viajeros que vienen aquí, que posiblemente jamás vuelvan y que si no disfrutan en ese preciso momento de la naturaleza de Chile, posiblemente no lo hagan jamás.

La ruta asciende por dos miradores y dos cascadas hasta unos lagos entre Coigües y Araucarias. Los lagos son muy bonitos e invitan a sentarse y pasar un rato en silencio. Es recomendable realizar el circuito corto al largo, ya que el largo se irá muy justo para regresar al bus. Aún había nieve en el camino y muchos árboles caídos dificultaban el trayecto. Intentamos llegar al mirador Renahue, pero había tanta maleza que el camino se había perdido.

Otros senderos interesantes que tiene el parque es el del Cerro San Sebastian y el sendero Ñirrico.

En los miradores que ascienden a los lagos se podía ver ahora si, por fin el volcán Villarrica completamente nevado. Este es otro Parque Nacional donde se puede intentar su ascensión (imposible para nosotros por la cantidad de nieve que aún había y la emergencia amarilla de erupción), o realizar un trekkin de tres días por su base.

Al día siguiente a las 8 nos despedimos de Pucón y pusimos rumbo a Osorno.

Talca – P.N. Altos de Lircay

Viajamos desde Santiago a Molina (8000 pesos 8€ cada uno 3:30h) con la intención de ir a visitar el Parque Nacional Radal siete Tazas. Llegamos a la noche y bastante cansados después del rafting en Maipo

Al día siguiente la idea era ir a visitar el parque nacional radal siete Tazas pero cuál es nuestra sorpresa que al llegar nos comentan el parque está cerrado por un incendio de grandes dimensiones en sus proximidades y que no saben cuándo volverá a estar abierto al público. Una lastima.

En el parque Radal siete Tazas lo que íbamos a visitar era exactamente eso, las siete Tazas. Siete pozas seguidas una detrás de otra en el río Claro. Desgraciadamente tiene un inconveniente (que después veríamos es igual en todos los parque nacionales de Chile) el transporte público.

Al parque nacional solo van dos empresas pero solo los fines de semana o festivos. Así que si llegas un lunes cómo llegamos nosotros solo te queda hacer dedo y que un alma caritativa te lleve. (Y luego otra te traiga claro)

Para no perder el día nos dirigimos a San Javier para hacer una degustación de vinos pero hoy el día lo teníamos girado. Por culpa del COVID ya no se hacían ni visitas ni catas. El día había decidido que hoy no haríamos nada. Fuimos a ver el río del pueblo ya que estábamos ahí y nos volvimos a Molina para seguir nuestro itinerario. A una hora en bus llegamos a Talca.

Talca es una ciudad bastante fea pero tiene un parque nacional y una de las rutas más famosas de la zona. El enladrillado. Nos informamos en la terminal de buses del horario de salida (7:15), el bus tarda dos horas (3000 pesos, 3€) y el último es a las 16:00. (17:15 si es domingo). Eso nos daba si llegábamos a las 9:00 7 horas de excursión. Si se quiere hacer bien y disfrutar de la caminata necesitas 8h… Así que nos tocó darle a la bota como nunca le habíamos dado.

Tras registrarnos en la CONAF y pagamos 7000 pesos cada uno (7€). Si, aquí en Chile caminar por la naturaleza cuesta y mucho. Más aún si eres extranjero. Ahora sabemos porque hay tan pocos turistas aquí…

El camino del enladrillado es un sendero de 10km que sube por un bonito bosque hasta sus últimos 4km. Atraviesas arrollos y si se tiene suerte se puede ver y oír al pájaro carpintero.

Los 4 últimos kilómetros son más duros y el bosque desaparece pero te empieza. A saludar las altas cumbres y los condores. El camino finaliza en una meseta con vistas al volcán descabezado y al cerro azul. Impresionantes. Te dan ganas de querer ascender esos dos monstruos, pero la empresa de eso requeriría mucha preparación. Llegar a la base del volcán son 11 horas, se tiene que acampar y luego ascender. En el maps.me está el sendero y posiblemente se necesiten 3 o 4 días. Una empresa muy osada.

Para quien se quede en el camping del parque (mejor opción que dormir en Talca) se puede recomendar la vuelta, en vez de bajar por el mismo sitio, que pasa por la laguna en alto y luego baja por otro sendero.

Para quien decida hacer el enladrillado desde Talca y volver el mismo día, tiene que estar en plena forma. Nosotros tardamos 6h 45min en subir y bajar y tan solo estuvimos en la cima 20 minutos. Una lastima, porque el lugar invita a contemplarlo mucho más tiempo.

De vuelta a Talca los autobuses que iban a Los Ángeles a las 20:00 iban llenos, así que tuvimos que comprar el de las 21h y llegar mucho más tarde de lo que queríamos.

Cómo teníamos tiempo fuimos al cenar a La Cafeteria (se llama así). Está justo cuando comienza la calle peatonal y hacen unos perritos y una limonada casera con hierbabuena y jenjibre increíbles.

Valparaiso

Nos levantamos pronto y a las 8 estábamos en la estación de Alameda de dónde salen los autobuses a Valparaíso. Hay multitud de horarios y compañías incluso con precios distintos ya que a la ida fuimos con Turbus por 16000 pesos (16€ los dos) y a la vuelta con Pullman por 10000 (10€).

Para llegar a la estación de autobuses el metro es perfecto. Te sacas la tarjeta por 1500 pesos (1’5€) y cada viaje vale unos 800 pesos (0’89€)

En poco menos de dos horas llegas a la estación de Valparaíso. Al principio puede que no te llame la atención nada la ciudad. De echo es muy decadente con todas las fachadas garabateadas y casas coloniales que han pasado mejores días. Pero cuando indicas la ruta y te pones a descubrir te das cuenta a válido la pena, incluso le podrías dedicar dos días para verlo todo con más tranquilidad.

Iniciamos nuestra ruta viendo la cámara de diputados, el Congreso Nacional y la plaza O’higgins. Seguimos la ruta hasta una plaza donde está una copia de la loba Capitolina de Rómulo y Remo.

Por la misma calle se llega hasta la catedral de Valparaíso (Bastante fea) y la plaza de la victoria junto con la Simón Bolívar.

Nos desviamos por la calle Consell y de ahí a Street Art. Aquí empieza el festival de Arte urbano. Entre las calles pinturejeadas empieza a asomar grafitis y mural de gran calidad. No dejéis de mirar atrás y observaréis un caudro de Vangoth.

Por la calle Beethoven un grafiti suyo junto con una escalera que simula un piano. Se llega al paseo Atikson para tener unas bonitas vistas de una ciudad que poco a poco deja de ser tan fea como cuando saliste del bus.

Seguimos visitando la calle Templan, empinada hasta un pequeño jardín, volviendo hacia abajo recorremos el paseo Gervasoni y el pasaje Gálvez hasta Uraiola. Aquí hay que subir un poco y tomarse algo en el Café el pintor. Algo caro pero sus murales interiores bien valen la pena.

Rehacemos un poco el camino y vamos por las escaleras Fisher que se encuentran con las Apolo y de ahí al palacio Astoreca. Si uno quiere descansar un poco la panadería Delicias exprés cuenta con muy buena recomanacion (y nosotros lo corroboramos). Al lado el paseo Miramar y el museo Baburizza de pintura. Aquí encontramos el único ascensor de la decena que tiene Valparaíso que aún funciona. El Peral te sube o baja por 100 pesos (0’10€).

Justo abajo está la corte de apelaciones y al lado la comandancia de la Armada. Un edificio neoclásico azul muy bien cuidado. Enfrente una plaza con artesanías y decenas de puestos, plaza sotomayor.

Seguimos por la calle Serrano, subiendo por la escalera cine fuego (no vas a parar de subir y bajar escaleras) y bajando por la del castillo. Continuas hasta pasar por el mercado del Puerto (sin ningún interés) hasta subir al mirador 21 de mayo y al museo naval. Por todo este recorrido verás murales y grafitis de gran calidad.

En el museo naval (2000 pesos, 2€) te cuenta la historia de las batallas navales del país. Desde la independencia hasta la guerra del Pacífico. Muy interesante para saber un poco de historia del país.

De vuelta hacia abajo vamos por la parte baja de la ciudad hasta la plaza de la victoria. Si uno quiere comer comida casera chilena recomendamos J.Cruz en el callejón J. Cruz M. Que nadie se asuste al entrar en el callejón es seguro y al final encontrará un humilde restaurante que por 9000pesos (9€) probará el plato único llamado Choripana. Es como una especie de patatas a lo pobre con cebolla patatas fritas huevo revuelto y un guiso de carne.

Con la barriga llena volvemos a subir para visitar el museo cielo abierto (cerrado y desde hace mucho tiempo por lo que parece) y el paseo guimerá. Seguimos ascendiendo por la parroquia de las carmelitas y por la calle Ricardo de Ferrari, aparte de grafitis y murales empiezan a aparecer versos de poesías. Perfecto para descansar de vez en cuando entre tan empinada subida. Arriba del todo nos encontramos con la casa de Neruda en Valparaíso.

Eran las 18:00 justo cuando llegamos cerraba. Pero si es de la mitad de calidad visual que la de Santiago, vale la pena visitarla. El guarda muy amablemente nos dejó pasar unos minutos para ver la última vista panorámica de la ciudad.

Ya reventados de tanto caminar volvimos a la terminal para subir de nuevo a Santiago. Al final nos gustó tanto la ciudad. Que sino tiene dos días está bien para verla con más calma y seguir explorando sus rincones.