Varadero

Llegamos a las 11 desde Matanzas en un bus Viazul por 6€ cada uno. En realidad Varadero por mucho que sorprenda no estaba en nuestros planes, pero como el bus a Trinidad salia de aqui era parada obligatoria. 

Pensábamos Varadero había sucumbido a la hotelizacion de masas, pero descubrimos gratamente aún no era así. Aún quedaban sorprendentemente lugares donde el azul intenso del mar y el oro de la arena se fusionan con la vegetación de detrás no había hormigón.

Encontramos una playa paradisiaca y no sabemos muy bien si por la temporada baja, en Mayo, o porque esa zona, un tanto alejada de los grandes resorts, estaba con poca afluencia de bañistas para lo descomunal de la playa. Hasta encontramos unas sombrillas de paja sin dueño con una sombra perfecta para nosotros. 

Para comer fuimos a un restaurante de los pocos que había abiertos y los precios no eran nada exagerados para estar donde estaban. 1000CUP (5’5€) la langosta entera. 

Todo lo bien que nos había ido en Varadero se esfumo cuando llegamos a la terminal y por culpa de que no encontraban gasolina el autobús a Trinidad salió una hora y media más tarde de lo previsto. 

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